miércoles, mayo 05, 2010

Dos días y mañana

- Dos días con rabia regresó a casa. Dos días queriendo eximirse de culpa frente a su nueva decepción. Dos días de envidiar a Liz por amarse y odiarse al mismo tiempo, por que al menos, se ama.
Hoy no tiene alma.
- Kenzaburō Ōe, a quien nunca leyó, pero que ha sido leído por Liz, tuvo en 1963 a su hijo Hikari, discapacitado por hidrocefalia y autismo. Hikari (en el caso de que esté vivo) no sabe que el joven P tiene rabia, ni sabe que Liz (que en este momento debe estar bailando) ha leído las desgracias de su padre.
Hoy no tiene alma ni cerebro.
- Joven P no tiene ganas de bailar, pero tiene ganas de conocer gente. Así que no irá a bailar con Liz, pero tampoco irá a conocer a Hikari (en el caso de que esté vivo).
No hay motivación.
- Hikari no puede conocer al joven P por que simplemente su autismo no lo dejaría (en el caso de que esté vivo). El joven P tampoco tendría la paciencia de intentar involucrarse con Hikari, pero quiere conocer gente.
Contradicción.
- Hikari está vivo y se expresa a través de la música, Liz baila al ritmo de la música que no escribió Hikari, y el joven P está en un cubo negro, sin bailar ni escribir precisamente música.
- El joven P no tiene alma ni cerebro ni motivación, pero tiene una contradicción: tiene culpa porque es libre, y no es libre por que tiene culpa.
- Mañana no quiere rabia. Mañana no quiere culpa. Mañana quiere amarse, además de odiarse, como liz.